Desde Ibiza, entre luces rojizas y muros de piedra, como si hubiéramos nacido en uno de esos escenarios británicos o americanos donde nacieron la psicodelia o el punk. Con zarpazos eléctricos, poesía descarnada y rock and roll sensual.

Creatividad que destila ironía –negra– y, que recuerda que para hallar el placer hay que atravesar el riesgo. Somos animales enjaulados que se agitan furiosamente para romper sus cadenas y volar libres.

 

 

Billy Flamingos.